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Mejore su comunicación íntima: Qué no decir en la cama

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Bienvenidos a mi último artículo, en el que profundizo en un tema crucial para fomentar conexiones más profundas: comunicación íntima. Según mi experiencia y mis observaciones, ciertas frases pueden socavar involuntariamente la confianza y el disfrute durante los momentos de intimidad. Estoy aquí para arrojar luz sobre tres frases específicas que, en mi opinión, los hombres deben evitar decir a las mujeres durante o después del sexo. Entender por qué estas frases son problemáticas y cómo abordar temas delicados de forma más constructiva puede mejorar significativamente tus relaciones.


1. "Aún no estás mojado" o "¿No estás mojado?"

Esta afirmación es, sin duda, una de las cosas más frustrantes de oír. Cuando un hombre pregunta esto, creo que puede estar intentando expresar una de estas dos cosas. En primer lugar, podría haber una implicación subyacente de "¿Por qué no estás excitada? La mayoría de la gente ya lo estaría". En segundo lugar, podría transmitir: "¿No te sientes atraída por mí? ¿No estoy haciendo lo suficiente? Independientemente de la intención, el impacto en la mujer suele ser negativo.

Personalmente, evaluar mi propio nivel de excitación no siempre es sencillo. A veces incluso le pregunto a mi pareja si estoy lo bastante mojada. A menudo, sólo soy realmente consciente cuando oigo los sonidos reales del fluido durante el propio acto. Esta dificultad personal de autoevaluación hace que una pregunta tan directa sea especialmente difícil de responder. Sin embargo, más allá de mi experiencia personal, para muchas mujeres, que les pregunten esto se siente como un desafío directo o una acusación.

Considéralo desde una perspectiva masculina: si, después de los preliminares, no estuvieras totalmente excitado y tu pareja te preguntara: "¿Por qué no se te ha puesto dura todavía?", ¿cómo te sentirías? Es probable que te provoque sentimientos de escrutinio o inadecuación. La intimidad debe ser un viaje compartido, un esfuerzo mutuo para alcanzar el placer y la conexión. Una pregunta de este tipo traslada la responsabilidad a una sola persona y puede crear una sensación inmediata de duda y timidez.

En lugar de verbalizar este pensamiento, te recomiendo un enfoque diferente. Si percibes que tu pareja no está totalmente excitada, en lugar de preguntar, redobla tus esfuerzos. Céntrate en estimularla aún más, quizás repitiendo técnicas de juegos preliminares que sabes que le gustan o explorando nuevas formas de aumentar su deseo. Esta acción proactiva y de apoyo es una forma mucho más eficaz de comunicación íntima que una pregunta potencialmente perjudicial.

2. "¿Orgasmó?" o "¿Se corrió?"

Esta es otra pregunta habitual, a menudo planteada inmediatamente después del acto sexual, a veces incluso cuando todavía están físicamente conectados. Sospecho que, para muchos hombres, esta pregunta tiene su origen en el deseo de validar su actuación y aumentar su ego. Puede que hayan observado señales físicas y quieran confirmación, o puede que simplemente no estén seguros y sientan verdadera curiosidad. Sin embargo, el impacto en las mujeres puede variar significativamente.

Las diferentes respuestas a "¿Has tenido un orgasmo?"

  • El complaciente de la gente: Algunas mujeres, las que tienen una personalidad más complaciente u orientada al servicio, pueden sentir una inmensa presión para decir "sí". Para ellas, el orgasmo puede convertirse en una "tarea" que hay que completar para satisfacer a su pareja. Si no han llegado al orgasmo, pueden sentirse responsables o inadecuados, lo que provoca un estrés psicológico innecesario. Es importante recordar que los orgasmos vaginales, aunque posibles, son menos frecuentes que los clitoridianos, y establecer expectativas poco realistas puede ser perjudicial.
  • La respuesta directa: También hay mujeres como yo, que somos más directas. Si no he tenido un orgasmo, lo digo directamente, sin edulcorar la situación. A menudo me he preguntado cómo reaccionan los hombres ante tanta sinceridad: ¿les hiere los sentimientos o les da igual?
  • El Farsante: Un número significativo de mujeres puede optar por mentir, fingiendo un orgasmo para evitar la incomodidad o para proteger los sentimientos de su pareja. Pueden decir cosas como "ha sido increíble" o "me ha encantado", cuando en realidad no han llegado al clímax. En última instancia, esto impide comunicación íntima y comentarios sinceros.

En última instancia, cuando haces esta pregunta, es poco probable que obtengas una respuesta verdaderamente honesta, especialmente si la respuesta es "no". Si una mujer tiene un orgasmo de verdad, normalmente te das cuenta a través de su lenguaje corporal y sus expresiones, y a menudo se muestra entusiasmada por compartir su placer. Lo más probable es que te lo cuente sin que se lo pidas.

Si tu objetivo es entender su placer y mejorar vuestra conexión, es necesario un enfoque más constructivo. En lugar de preguntar directamente por el orgasmo, prueba con preguntas como "¿Qué es lo que más te ha gustado?" o "¿Hay algo que te gustaría probar la próxima vez?". Estas preguntas abiertas invitan a la retroalimentación genuina y fomentan un espacio para la exploración sexual positiva y la comunicación. Como destaca Psychology Today, la comunicación abierta es vital para la satisfacción sexual (fuente).

3. "Apuesto a que has hecho esto con otros chicos antes"

Esta frase no siempre surge durante el sexo; a menudo aflora en las conversaciones posteriores. Es una afirmación que me he encontrado más de una vez, sobre todo con parejas a las que apreciaba profundamente, y siempre deja un sabor agrio. Mi interpretación de que un hombre pregunte esto suele tener su origen en un sentimiento de inseguridad o falta de confianza.

Cuando haces algo sexualmente novedoso o aventurero con tu pareja, es posible que te pregunte dónde lo aprendiste o si lo has experimentado con otras personas. Este tipo de preguntas suelen tener su origen en una inseguridad subyacente, que les lleva a proyectar sus temores en tus experiencias pasadas. En mi caso, cuando estoy con alguien que me gusta de verdad, a menudo estoy deseando explorar cosas nuevas sexualmente. Es una expresión de mi conexión y deseo de profundizar en nuestra intimidad. Que ese entusiasmo se encuentre con la sospecha - "Seguro que ya has hecho esto antes"- es profundamente descorazonador. Me da la sensación de que mi deseo de aventurarme se malinterpreta como promiscuidad.

Ante una pregunta así, puede parecer una situación sin salida. Aunque le asegure a mi pareja que esa experiencia es única para nosotros, su inseguridad puede impedirle creerme. Esto crea un bucle destructivo en el que la confianza se erosiona y la conexión genuina se hace difícil. Creo firmemente que ninguna mujer quiere oír esto, especialmente de un hombre que le importa.

Si la inseguridad o la falta de confianza están realmente presentes en la relación, lo mejor es un diálogo directo y sincero. En lugar de hacer declaraciones acusatorias, aborda tus sentimientos abiertamente. Di: "A veces me siento inseguro por tu pasado" o "Me gustaría hablar más sobre nuestros niveles de comodidad". Esto fomenta una verdadera comunicación íntima y brinda la oportunidad de generar confianza, en lugar de minarla con insinuaciones indirectas e hirientes.


Reflexiones finales

Estas tres frases, aunque quizá nacidas de intenciones distintas, suelen provocar en las mujeres sentimientos de duda, presión o inseguridad. La clave de una vida íntima plena y conectada reside en una comunicación abierta, honesta y empática. Comprendiendo el impacto de nuestras palabras y eligiendo expresarnos de forma constructiva, podemos fomentar vínculos más fuertes y un placer mutuo más profundo. Animo a todos mis lectores, especialmente a los hombres, a considerar los matices de sus palabras y a esforzarse por una comunicación que construya, en lugar de destruir.